INTRODUCCIÓN
La
propuesta de relacionar la profesión de docente y la de artista resulta sugerente,
no es difícil visualizar a ambos frente a un escenario, un público, un objetivo
a transmitir, una forma de comunicar, un mensaje que entregar. En ese sentido,
la enseñanza puede ser vista como un arte de representación donde el docente, además
de ser competente en el área específica de su ciencia, también debe ser competente
en el dominio de su público y del espacio escénico donde desarrolla el proceso
de aprendizaje.
Sin
embargo, también están los planteamientos que desde la andragogía y la
Educación Basada en Competencias EBC, colocan al docente como una parte más del
proceso E.A, de hecho se insiste en la figura de facilitador o mediador Castillo Silva,
F. (2018), dando a entender que el protagonismo en el
desarrollo de competencias no debe tenerlo el docente sino más bien que todo el
proceso debiera enfocarse en el estudiante por lo cual no se trataría de
escenificar un acto, sino de generar espacios donde el estudiante pase de
espectador a un generador de ideas.
Estas
visiones aparentemente distintas del rol y cualidades docentes, son el motivo
de valoración del presente documento.
DESARROLLO
Branda, SA. (2011) a partir de una sistematización y un
proceso de investigación y consultas con expertos, plantea como el ser un buen
docente requiere, tanto un dominio técnico de la materia, como habilidades artísticas
que faciliten la conexión entre el docente y sus estudiantes. De hecho, nos
dice que las artes interpretativas tienen una real implicancia en la mejora de
los procesos de enseñanza.
Si bien es posible, y relativamente sencillo identificar
como los grandes comunicadores y maestros históricos como el caso del Papa Juan
Pablo II, u otros locales y del día a día, tienen como rasgo distintivo la
capacidad de atrapar, comprometer o simplemente cautivar a la audiencia, a
través de sus habilidades histriónicas u otras destrezas artísticas, resulta mínimamente
inquietante aceptar que esto pueda verse como un requisito para una docencia realmente
efectiva.
Por otro lado, esta una visión menos “dramática”, o en
todo caso más tendente a dar el protagonismo del éxito del Proceso Enseñanza
Aprendizaje al enfoque, metodología y técnicas a ser utilizadas este proceso. Castillo
Silva, F. (2018) plantea como la Andragogía y el Enfoque Basado en Competencias
EBC, hacen énfasis en el rol del estudiante y como el docente debe asumir un
rol de Facilitador o Mediador del aprendizaje. Es decir que, cuando se trata de
la educación de adultos, además de partir de que el aprendizaje es voluntario,
que la experiencia del estudiante pesa bastante, que los contenidos deben ser
de un interés claro, y que los tiempos deben ajustarse a las características
del grupo, parece orientar al docente a un manejo más de carácter técnico planificado
del PEA, y no tanto al artístico o de carisma durante la relación maestro –
estudiante.
Finalmente, en lo planteado por Branda, SA. (2011) se
alcanza a identificar como los docentes entrevistados no necesariamente están conscientes
de sus habilidades artísticas, deja entre ver la naturalidad con la que estos
maestros dirigen sus clases y como sus estudiantes reaccionan positivamente sin
que necesariamente fuese planificado por el docente, Estos nos lleva a algunas
preguntas que intentaremos responder a modo de conclusiones:
1) ¿Es el
carisma personal del docente el que hace la diferencia para un PEA más
efectivo?
2) ¿Es posible
desarrollar habilidades comunicacionales (carisma) en los docentes mediante la
capacitación artística?
3) ¿Desde la andragogía
y la EBC es coherente plantear al docente como el principal agente de éxito en
el PEA?
4) ¿Es posible
articular ambas propuestas?
CONCLUSIÓN
A
partir de la valoración desarrollada se tienen las siguientes conclusiones
Hay
docentes cuya formación, carácter, predisposición y experiencias de vida, le
han permitido desarrollar naturalmente una serie de habilidades y aptitudes
artísticas que le permiten relacionarse y construir mejores condiciones emocionales
que favorecen un PEA efectivo.
En
general la docencia suele ser una actividad realizada por personas que sienten
motivación e inclusive pasión por lo que hacen, en este sentido si bien pueden
no haber desarrollado sus habilidades histriónicas, un proceso sistemático y
significativo debiera poder encaminar a los docentes hacia un trabajo más
flexible y con mayores recursos personales en el aula.
Si
bien la Educación o Enfoque Basado en Competencias, además de las bases de la
andragogía plantean que, se trata es desarrollar las competencias de los estudiantes
mediante métodos, técnicas e instrumentos centrados en su quehacer, un docente
motivado y con habilidades comunicativas fortalecidas puede aportar con
mensajes claros y cargados de una afectividad que favorezcan el clima grupal y
los resultados del PEA.
En
resumen, un PEA planificado, coherente, con un docente experto en su materia y
con un clima comunicacional y afectivo positivos, pueden resultar altamente
motivadores, participativos y efectivos en el logro de competencias.
BIBLIOGRAFÍA
Branda, SA. (2011). Los
docentes como artistas escénicos. Mar del Plata, Argentina: Universidad
Nacional del Mar del Plata.
Castillo Silva, F. (2018). Andragogía, andragogos y sus aportaciones.
Voces De La Educación. Universidad Regional del Sureste. Oaxaca, Mexico.
Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E.
(2004). Biografia de Juan Pablo II. En Biografías
y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona, España.
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